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Inspectores detectaron que uno de los conductores tenía 0.11 grados de alcohol en sangre. Otros dos choferes fueron inhabilitados por no contar con las horas de descanso. Los controles se incrementaron por el éxodo turístico Un chofer de larga distancia no superó esta mañana los controles de alcoholemia que se realizan en la terminal de Retiro para evitar accidente en el recambio turístico por el fin de semana largo. Se trata de un conductor de la empresa General Belgrano que fue convocado como reemplazo de otro chofer que no cumplía con las horas de descanso establecidas, según confirmaron inspectores del Ministerio de Trabajo. "Esto es mucho más grave que la falta de descanso y la responsabilidad de la empresa por un caso de alcoholemia es enorme", enfatizó el subsecretario de Fiscalización del Trabajo, Guillermo Navone. Personal del Ministerio de Trabajo de la Nación inició esta mañana el control de los micros de larga distancia en la estación de Retiro y las condiciones laborales de los choferes que operan en esa terminal. El operativo se realiza con motivo del recambio de la quincena de enero, cuando se prevé la mayor cantidad de servicios. La secretaría de Trabajo fiscalizó en 2010 a 8.258 micros de corta, media y larga distancia y a combis turísticas, en el marco del Plan Nacional de Regulación del Trabajo (PNRT). También fiscalizó 16.162 choferes e informó que 3.938 empresas fueron infraccionadas y que los trabajadores afectados fueron 5.895 (el 36 por ciento). Detectó sin libreta a 439.463 micros-choferes; 204.334 trabajadores sufrían falta de descanso; 441.836 exceso de jornada laboral y 4.375 ómnibus fueron infraccionados por obstrucción. En los primeros días de 2011 el personal de inspecciones ya relevó a 339 micros en las terminales de Retiro y Liniers, de los cuales el 53 por ciento (179) estaban en infracción y, de un total de 693 choferes fiscalizados un 45 por ciento (312), no tenían la libreta obligatoria o presentaba irregularidades, carecían de descanso o cumplían en exceso la jornada laboral. Los inspectores desafectaron de sus tareas a 28 choferes, que fueron reemplazados por las empresas infractoras. -
Se trata de Luciano Ciancio, conductor del camión atacado en Panamericana. En Radio 10 confirmó que "alguien nos entregó". Se quejó por las sospechas que trascendieron sobre ellos y defendió su maniobra para escapar. "Tenía relación con los policías asesinados y estoy muy dolido", afirmó. "Fueron cuatro minutos como una guerra" El chofer del camión blindado que fue atacado en la Autopista Panamericana, Luciano Ciancio, remarcó esta mañana que pensó que los vidrios del vehículo no iban a soportar la balacera y los iban "a matar a todos" los ocupantes del transportador de caudales. Ciancio, quien hace cinco años trabaja como conductor del Banco Provincia, remarcó que los delincuentes "tiraban con mucha precisión a la velocidad a la que iban", por lo que dio a entender que eran expertos. "'Fuimos héroes que aguantamos una balacera imprsionante", remarcó el chofer y reveló que está "muy dolido, porque tenía relación con los policías asesinados". En su relato sobre el horror que le tocó vivir, el conductor remarcó que "fueron cuatro minutos como una guerra" y "parecieron una eternidad", al tiempo que explicó por qué se salió de la Autopista Panamericana. "En un momento pasa un auto negro por el costado derecho del camión tirando a matar. Adelante nuestro se asoma un auto negro con armas largas y empiezan a tirar apoyados en el mismo. Cuando reaccioné que había un auto gris cruzado en la Panamericana hago la maniobra que hago y me desvío", detalló. El chofer indicó que los investigadores le dijeron que la maniobra que hizo impidió que hubiera una tragedia. Ciancio sostuvo por Radio 10 que recién se dio cuenta del tiroteo cuando empezaron a dispararle al camión, mientras que precisó que eso "no pudo ser algo al azar" y pidió que "agarren al entregador", ya que "tuvo que haber alguien" que difundió ese hecho. También lamentó que el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, no lo haya llamado para ver cómo estaba y pedirle explicaciones sobre el hecho. Asimismo, consideró que si accedían a abrirles el camión los iban a matar, al tiempo que agregó que de adentro del blindado es casi imposible poder disparar. Por último, reveló que estuvo "un día y medio sin dormir" y "de a ratos" se pone "a llorar" por la muerte de sus dos compañeros policías, pero estimó que la semana próxima se reincorporará al trabajo, más allá que "el camión no está en condiciones". "Esta semana estoy en Junín (la ciudad donde vive) con mi familia y la semana que viene quiero volver a trabajar, pero el camión no está en condiciones. Después veré, por ahí digo esto y después me subo al camión y me agarra un ataque de pánico", finalizó. Fuente!-
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